12 dic 2007

The Bird People Of China


Takashi Miike no es extraño al contraste violento, de hecho su película más conocida en occidente, Audición, es una obra maestra en este aspecto, es una serena reflexión sobre la soledad masculina que de pronto es atravesada por el más brutal rayo del infierno que haya producido el cine. Sin embargo, la película de la que voy a hablar, The bird people of China, es lo opuesto, como puede intuirse con sólo leer el resumen argumental de la película: un joven empresario japonés viaja a una remota provincia de China para revisar lo que parece ser una valiosísima veta de jade, en el camino se le une un veterano, violento y traumatizado yakuza a cuya banda la empresa del joven debe dinero y que ha viajado para confirmar las posibilidades de cobro del mismo. Tras un viaje largísimo y accidentado, en el que aprendemos mucho sobre las no siempre evidentes diferencias entre chinos y japoneses, llegan a una villa casi medieval en un paraje hermosísimo en el que el tiempo parece haberse detenido y donde existe una rara obsesión por el vuelo. Allí ambos personajes cambian, aunque el argumento es irrelevante en relación a una película cuyo principal, aunque no único, valor es la belleza visual, capaz de hacer enrojecer de vergüenza a cualquier película de Francis Ford Coppola. The Bird People from China, película de una voluptuosidad similar a cualquiera de Zhang Yimou pero de muchas y más ricas lecturas. Con esta película el director demuestra que es capaz de asumir una narración ortodoxa de forma rigurosa, consciente y prescindir de elementos tan pisoteados por él en otras ocasiones como la psicología de los personajes o la más básica coherencia dramática

El protagonista, que como ya he dicho debe dinero a una familia Yakuza, no le queda otra opción que realizar un hermoso viaje, convirtiendo a la película en una especie de Road Movie, a través de la china más tradicional para intentar encontrar la valiosa veta de jade y así poder saldar su deuda. En su camino hacia el lugar se encuentra con todo tipo de complicaciones, pérdida de memoria del guía, complicados medios de transporte… pero el verdadero conflicto con el que se tendrá que enfrentar es interno, el hecho de saldar su deuda con la Yakuza o conservar el onírico lugar y la civilización milenaria de hombres - pájaro frente a la corrupción de una civilización globalizadora.

Una de las lecturas de esta película es como la fuerza de la belleza puede cambiarlo todo, el personaje que encarna al Yakuza se muestra como una persona fría, fiel a sus principios, es el típico personaje de cualquier película de Miike que no hace más que representar la degradación total de una sociedad privada de emociones y metas. Una vez que llega a ese paradisíaco lugar cambia completamente. Influenciado por el lirismo, la belleza de la madre naturaleza y esa rara cultura milenaria dedicada al estudio de la capacidad de volar, se va transformando poco a poco en el ermitaño encargado de preservar ese lugar frente a la civilización, olvidando no solo la deuda sino también su pasado Yakuza.

El director muy criticado en otras ocasiones por la baja calidad del montaje de sus películas (debido quizás a su alta productividad) demuestra que es capaz de hacer una película con una buena técnica y unos planos generales y panorámicas bellísimas.

En conclusión es una película cargada de humor, fantasía y sobre todo unas pretensiones artísticas que consigue perfeccionar de tal forma que nos hace ver la belleza de un mundo que poco a poco va perdiendo fuerza a golpe de ladrillo. Takashi Miike no hace más que mostrarnos una sociedad por la cual, la civilización ha pasado de largo llevándose consigo el horror y el terror que ello conlleva. Sin embargo sus hombres-pájaro siguen volando y recordándonos, más armoniosos que la ultra-violencia de sus otras películas, que las auténticas sensibilidades rara vez se limitan a un sólo color expresivo.


No hay comentarios:

Continue...

10...
9...
8...
7...
6...
5...
4...
3...
2...
1...
0...
Gave over