¿Cuántas horas al cabo del día pasas viendo la televisión? ¿Cuándo fue la última vez que cualquiera de nosotros de verdad hizo algo para conseguir lo que quería? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que cualquiera de nosotros necesitó algo de lo que quería?
El mundo que conocíamos ya no existe. El mundo del comercio y las necesidades superfluas ha sido remplazado por un mundo de supervivientes y responsabilidad. Una epidemia de proporciones apocalípticas ha barrido la tierra haciendo que los muertos se levanten y se alimenten de los vivos. En cuestión de meses la sociedad se ha desmoronado. Sin gobierno, sin supermercados, sin correo, sin televisión por cable. En un mundo gobernado por los muertos por fin nos vemos obligados a empezar a vivir.
Esta es la sinopsis del autor de uno de los mejores cómic que he leído actualmente. Una obra realmente cinematográfica, apasionante, pegadiza y fiel al genero. Hereda las convenciones clásicas del cine de Zombies y crea una obra impresionante que engancha de principio a fin pero sobre todo que hace que te sumerjas en ese mundo de supervivencia. Como el propio autor comenta en la introducción "para mí, las mejores películas de zombies no son los festivales de gore y violencia con personajes corras y chistes cutres. Las buenas películas de zombies nos demuestran lo fastidiados que estamos, nos hacen reflexionar sobre nuestra posición en la sociedad... y sobre la posición de nuestra sociedad en el mundo", estoy totalmente de acuerdo y eso es algo que Robert Kirkman consigue con este cómic. En muchas ocasiones acabas temiendo más al humano que tienes a tu lado que al zombie que te acecha por la espalda, la obra más que ser una fiesta mata zombies, es una reflexión sobre la sociedad actual, las relaciones humanas, la supervivencia donde la locura ocasionada por unas condiciones extremas es más peligrosa que la situación en sí.
El guionista es Robert Kirkman y el dibujante de trazo impecable, capaz de mostrar sentimientos y emociones con igual destreza que escenas de cruenta acción es Tony Moore.
Al terminar el volumen 5 ha pasado casi un año desde las primeras páginas del primer número, y la transformación de algunos personajes ha sido paulatina pero inexorable. Miro como era el protagonista del primer volumen y miro el del quinto y me parece increíble que sean la misma persona, pero la transición ha sido tan elaborada que no me choca para nada el cambio.
Quizá se pueda pedir más, pero después de una lectura tan gozosa no siente uno muchas ganas de ponerse exigente.
El mundo que conocíamos ya no existe. El mundo del comercio y las necesidades superfluas ha sido remplazado por un mundo de supervivientes y responsabilidad. Una epidemia de proporciones apocalípticas ha barrido la tierra haciendo que los muertos se levanten y se alimenten de los vivos. En cuestión de meses la sociedad se ha desmoronado. Sin gobierno, sin supermercados, sin correo, sin televisión por cable. En un mundo gobernado por los muertos por fin nos vemos obligados a empezar a vivir.
Esta es la sinopsis del autor de uno de los mejores cómic que he leído actualmente. Una obra realmente cinematográfica, apasionante, pegadiza y fiel al genero. Hereda las convenciones clásicas del cine de Zombies y crea una obra impresionante que engancha de principio a fin pero sobre todo que hace que te sumerjas en ese mundo de supervivencia. Como el propio autor comenta en la introducción "para mí, las mejores películas de zombies no son los festivales de gore y violencia con personajes corras y chistes cutres. Las buenas películas de zombies nos demuestran lo fastidiados que estamos, nos hacen reflexionar sobre nuestra posición en la sociedad... y sobre la posición de nuestra sociedad en el mundo", estoy totalmente de acuerdo y eso es algo que Robert Kirkman consigue con este cómic. En muchas ocasiones acabas temiendo más al humano que tienes a tu lado que al zombie que te acecha por la espalda, la obra más que ser una fiesta mata zombies, es una reflexión sobre la sociedad actual, las relaciones humanas, la supervivencia donde la locura ocasionada por unas condiciones extremas es más peligrosa que la situación en sí.
El guionista es Robert Kirkman y el dibujante de trazo impecable, capaz de mostrar sentimientos y emociones con igual destreza que escenas de cruenta acción es Tony Moore.
Al terminar el volumen 5 ha pasado casi un año desde las primeras páginas del primer número, y la transformación de algunos personajes ha sido paulatina pero inexorable. Miro como era el protagonista del primer volumen y miro el del quinto y me parece increíble que sean la misma persona, pero la transición ha sido tan elaborada que no me choca para nada el cambio.
Quizá se pueda pedir más, pero después de una lectura tan gozosa no siente uno muchas ganas de ponerse exigente.
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